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Tres años podría terminar pagando el asesino de Yurani Sanabria

Con 19 años, una hija de 4 años y una complicada historia familiar, Yurani Sanabria encontró la muerte con un cliente que se negó a pagarle; él logró una condena mínima mientras ella yace bajo tierra.
agosto 24, 2025

La vida de Yurani Andrea Sanabria, madre de una niña de cuatro años, terminó el 22 de mayo de 2023 en medio de un servicio sexual a domicilio en Madrid-Cundinamarca. Su historia ha vuelto a conmover al país tras los relatos de su madre en el pódcast Conducta Delictiva.

El día de su muerte, la joven salió de casa rumbo a un encuentro en el barrio El Nogal. Nunca regresó. Horas después fue hallada sin vida en una habitación, y un hombre de 23 años, señalado como el presunto responsable, fue capturado en el lugar de los hechos.

Todo parece indicar que el agresor se negó a pagar el dinero acordado antes del encuentro, lo que termino en su muerte. Luego ante la justicia llegó a un preacuerdo con la Fiscalía en donde extrañamente pasó de autor al crimen a cómplice y logró una condena de solo 109 meses ( 9 años) que luego de beneficios se convirtieron en 3 años, por lo que ya está libre.

Su madre, Esperanza Bernal, contó que la infancia de Yurani estuvo marcada por dificultades. Mientras ella trabajaba largas jornadas en una empresa de flores, la niña creció bajo el cuidado de sus abuelos paternos, quienes obtuvieron la custodia legal.

“Ella se apegó mucho a ellos… crearon una niña buena, con principios”, recordó Esperanza, que pese a la distancia buscó estar siempre presente.

Al cumplir la mayoría de edad, Yurani fue apartada de la casa de sus abuelos y debió afrontar la vida sola, con una hija pequeña y sin apoyo del padre de la niña. Primero intentó trabajar en cultivos de aromáticas, pero los ingresos no alcanzaban. Fue entonces cuando confesó a su madre que trabajaba en un “estudio web cam”.

En un principio, Esperanza pensó que se trataba de modelaje fotográfico. Sin embargo, un mes antes de la tragedia supo la verdad: su hija se dedicaba a crear contenido para adultos. “Madre, es que yo trabajo con contenidos”, le dijo Yurani. Su madre la alertó del riesgo de aceptar citas presenciales: “Si en algún momento algún tipo de esos te llega a decir que se encuentren, no lo hagas, porque uno no sabe en qué momento se encuentra con un monstruo”.

La joven aseguró que solo se trataba de material virtual, pero la presión económica habría llevado a Yurani a aceptar encuentros en persona. Ese camino terminó en la tragedia que hoy sigue reclamando justicia.

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