El parte médico más reciente indica que Miguel Uribe permanece con pronóstico reservado y su estado ha sido calificado como “extremadamente crítico”, tras una cirugía de urgencia practicada por un sangrado intracerebral agudo.
Los médicos lograron estabilizarlo inicialmente, pero persiste un edema cerebral que requiere monitoreo constante. Las siguientes semanas y, especialmente, los próximos seis meses serán determinantes para evaluar si el senador podrá recuperar funciones básicas como la movilidad, el habla o incluso la memoria.
Según un especialista en neurología, en casos de lesiones cerebrales de esta magnitud, las secuelas pueden ser importantes.
Algunos pacientes requieren meses de rehabilitación intensiva, con terapias físicas, cognitivas y ocupacionales para recuperar su funcionalidad.
No se descarta que Uribe enfrente dificultades motrices, problemas de lenguaje o alteraciones en su estado cognitivo, incluso si sobrevive al trauma inmediato.
La carga emocional también será parte de su recuperación. Su familia ha solicitado oraciones y ha mantenido comunicación constante con sus seguidores, mientras el país sigue con atención cada parte médico.